Felicies intercambiantes

martes, 21 de junio de 2011

Quien es el rarito?

Los porqués de haber tomado la decisión de compartir mis experiencias, las encuentro en haber conocido a Yamila que relata en la web esas sensaciones y de un comentario que hizo mi marido sobre nuestro vecino, punto que dio inicio a todo el resto de esta historia que la divido en tres partes. Ese comentario fue: “Me parece que nuestro vecinito Ernesto es bastante rarito….no se le conoce novia y siempre recibe por unos días a un morochito….. es extraño verdad”
Quizás, le respondí, pero no le di mayor importancia. El Ernesto en cuestión era un muchacho estudiante, por lo demás gentil, ya que varias veces lo encontré en el supermercado y me ayudo a traer el changuito con la mercadería.
Cuando mi embarazo comenzó a notarse, fue mayor la atención que recibí de mi vecino, pues siempre estaba atento a alcanzarme para ayudarme y hasta se ofreció para hacerme los mandados.
Por razones bastante comunes en los hombres, pero inexplicables, mi esposo comenzó a no intentar tener sexo conmigo, dado que se me notaba ya la pancita. Eso me molesto bastante, pero no tenía otra que aguantármelas.
Un medio día, luego de que Ernesto se ofreció a pagar unas facturas que se me vencían, fui hasta su departamento a llevarle el dinero, y tan solo al entrar vi su prolijidad en el decorado de su ambiente, notando que se destacaba una foto mural de una mujer embarazada, artísticamente tomada, donde la desnudez era evidente pero lo que resaltaba era la preñez de la mujer.
- Que linda le dije, curiosa,-
- Es mi hermana, con mi sobrinito…. Se las tome para un trabajo de exposición, estudio arte e imagen.
- ¡que interesante! Me ha impactado esa foto.
- Mira, tengo aquí el álbum completo.
Me dedique un rato a mirar aquellas bellas fotos de la hermana de Ernesto, artísticamente desnuda mostrando sus atributos y su estado embarazoso.
Estaba yo imaginándome haciendo poses para un fotógrafo cuando Ernesto, adivinando mis pensamientos, se ofreció a realizar un nuevo trabajo, si es que yo aceptaba ser su modelo.
Lo pensaré dije…..
Exactamente una semana después, estaba yo en el living de Ernesto, donde este preparaba sus elementos creado allí en su propia casa un estudio fotográfico. Mis nervios se notaban, porque a pesar de que suponía que el era tal como decía mi marido “rarito”, nunca había estado posando, y menos mostrando desnudez.
Soy una mujer bonita, de muy buenas curvas, esbeltos pechos, caderas bien formadas, un muy bien redondeado trasero, piernas largas, etc.…. Como dicen muchos, una mujer interesante. Desnudarme frente a aquel muchacho, me excito bastante, mas aun era porque mi esposo no me había tocado sexualmente en los últimos 15 días. La frialdad con la que me trataba, me molestaba, haciendo que mi desazón aumentara, como ahora aumentaban mis sensaciones de calentura al ver que aquel “rarito” me observaba con atención.
El, preparaba sus elementos fotográficos, mientras como si fuera una cosa normal, alagó mi estado físico, diciendo que envidiaba la posibilidades que tenia mi marido, en tenerme, y en disfrutarme en ese estado.
- No siempre atraemos las mujeres embarazadas, dije…. Ya que mi marido al parecer no siente atracción alguna por mi, en este estado.-
- Como siempre, dijo el, Dios le da la mejor comidita a quienes no tienen dientes.
Ambos sonreímos, y comenzamos la sección fotográfica. Yo poniendo diferentes poses y el contorneando su cuerpo para lograr la mejor toma, sin dejar de alagarme con sus comentarios sobre mis atributos. La verdad que no sabía que eso me pondría tan cachonda y caliente a la vez. Mi marido no era un sujeto reemplazable, pero la discordancia de la situación por el creada más la que estaba viviendo en aquel lugar con mi vecino, hicieron olvidarme de ciertas moralidades propias de las pacatas señoras fieles.
Ernesto retocaba los tonos de mi piel, con aceites y con polvitos que prolijamente distribuía con un pincel. Ese cosquilleo aumentaba mis sensaciones. Sensaciones que con sus palabras también incrementaba, explicando que no había tenido oportunidades de tener para su cámara un mujer tan preciosa y agradable. Mi ego a alta temperatura, disimulaba algunas posiciones evidentemente eróticas en las que el me ponía para hacer las tomas.
Muy cauto el, comenzó a rozar mis senos, aplicar el pincelito en la punta de mis pezones, quizás probando mis posibles rechazos o hurgando en debilitar cualquier resistencia a sus caricias. Como para que el no se sintiera extraño o pensara que yo pudiera estar incomoda, le dije que estaba extrañamente muy a gusto con la situación, poniéndome a disposición de todo lo que el pretendiera para lograr las mejores fotografías.
Quizás eso lo animo aun más, porque no solo se permitió abrir mis piernas, tocármelas, rozar ya en forma de caricias mis tetas, mi cuerpo…. Y permitirse comentar que si mi marido no se calentaba con la mujer excepcional que tenia, no me merecía.
Creo que entre ambos apareció la sinceridad, el alagándome, yo disfrutando de sus miradas, sus caricias y las poses en que el me ponía. Yo contándole el giro que dio mi marido desde que quede embarazada, y el ya propinándome algunos masajes que me obligaban a decirle que me gustaba esa situación……. Pues lo estaba ya disfrutando y no se como contarlo porque la versión verbal de algo que nos parece mentalmente ilimitado, es de difícil explicación. Pero ustedes son lectores comprensivos y van a entender.
Me sentí tensa y note que el temblaba ligeramente, me acariciaba mientras demostraba su excitación cada ves mas abultada. Desprendí los botones de su blanca camisa, con una habilidad de quien busca recompensas, entonces sus manos en mis pechos hacían círculos redondos, culminando en la punta de mis ya endurecidos pezones,
Apreté mi cuerpo contra el suyo, mientras mi boca buscaba aquella joven boca, mi mano derecha busco dentro de su yoghi el abultado tesoro que allí parecía surgir. No tenia calzoncillos, lo que me facilito bajar el pantalón de gimnasia para sentir piel a piel una cosa caliente, viril, pero lo mas interesante, durísima y larga pija…. era lo que tenia el ya no tan “rarito”. Su peluda entrepierna, encerraba en aquella mata unas bolas testiculares bien puestas, de donde salía aquel cabo que ya acariciaba mi mano de puta a rabo.
Mi beso suaves, comenzaron a ser respondidos por su ímpetu, mordisqueándonos ambos con verdadero deseo y complicidad…. susurrándole yo sobre la sorpresa que había tenido al descubrir su briosa virilidad. – Que hermosa polla tenis Ernesto ¡
- Toda suya señora, esta para servirla.
Aquello me resulto confusamente interesante, pues baje mi cuerpo para encontrarme cara a cara con aquella hermosísima pija. – que grande es! Por favor, que hermosa! Me la metí en la boca y comencé a besársela lentamente, recorriendo aquella larga fruta que también tenia un buen grosor…. Imaginándome lo que seria tener aquella cosa para disfrutarla toda. Si bien no sabia que hacer, me metí varias veces aquello dentro de la boca para chupársela como una hambrienta, que en realidad era como estaba, muy hambrienta.
El si supo que hacer…. Pues tomo mi cuerpo, mientras me decía, - la chupas delicioso mi reina, así que te voy a corresponder un poquito…su lengua recorría mis pechos, mordisqueando a mi placer, bajo por mis panza cariñosamente, besándola con dulzura, para ir a encontrarse una vulva húmeda, deseosa y allí comencé a gemir y pedirle que no parara de darme placer. El olor a hembra lo tenia a el bien erguido, por lo que busque su pijota otra vez para chupársela, mientras el seguía hurgando en mi concha ya bien abierta, donde el lamia alrededor de mi clítoris como para ponerme aun mas deseosa de sus servicios.
Nuevamente fui yo la que no pudo dejar las cosas mas demoradas, pues sentándome en el sillón, abrí las piernas y le pedí…. – métemela despacito, despacito… que no aguanto mas ¡!!
El se incorporo, viendo yo aquella cosa que me pareció otra vez, enorme…. Pero que a esa altura yo la quería bien adentro. Se inclino apoyándose en el sillón y hábilmente apoyo la cabezota de su polla en mi abierta conchita, refregándola tan fuerte y rico que mi gritito de placer se confundió con un ruego…. Metemela yaaaaaaaa, y huuuuuy, ahhh, la sentí entrar con tanta presión que abría mi cueva en una similitud de algo inaugural. L sostenía mis piernas con sus musculosos brazos, haciendo que i cuerpo estuviera a su merced, sin apretar mi pancita. Mi mojada conchita recibía las arremetidas de aquello que se clavaba profundamente en mi ser. Cada vez que se perdía dentro de mí me obligaba a la desesperación y placer gritar la satisfacción con grititos sollozantes.
Lloraba yo mi corrida orgasmal, con una pasión que agradecia diciéndole a aquel machito que era de lo mejor, que aguantar un poco mas, que me la diera asi…. Asi…. Assiiiiiiii…. Y no te acabes tu por favor…. No me acabes adentro…. Pero hazme gozar… asiii, asiiii, asiiii… Me coorria yo una y otra vez, mientras el a vees para no terminar, la sacaba frotándola solo por el lado de afuera.
Fue cuando dijo….. ¡No aguanto más! ….. Ponte en cuatro que te quiero tener.
Supe que era inevitable sacrificar mi placer para darle el suyo….. y me puse tal el me lo pidió, acomodándome arriba del sillón, entreabriendo mis piernas para ponerse en posición de perrito.
Fue notable, pero me dio otra sorpresa, ya que comenzó a metérmela desde atrás hasta que yo otra vez volví a mis orgasmos, y el aprovecho a abrirme el culito con sus dedos….. Cosa que me ponía aun mas frenética y gozadora…..
Saco su polla de mi cueva y la apretó en mi ano, para comenzar a empujar y empujar….. cosa que a pesar de que yo colaboraba, entraba con mucha dificultad…. Fueron largos minutos de lucha, de avance y retroceso, de gemidos de placer y dolor, de lágrimas mas palabras de aliento e incentivo…. Pues varias veces a pesar de mi pobre culito, le grite, - Metemela toda, toda, que quiero me hagas bien tuya…..
- Excelente mamita, ahí tienes….. cuando se dio por satisfecho con sus avances, comensando entonces a moverse lentamente, gozando mi cuerpo con toda su inmensidad, con toda mi entrega.
- Quee es eso…. Le espete, cuando sentí que su pija escurría una enorme catarata de lechita bien caliente en mi interior…… oh, nunca había sentido yo cosa igual….. mi concha aun se mojaba con mis jugos, mi cuito ardía como fuego y sentía que me lo llenaban a mas no poder.
Se que desde ese día, soy además de todo, adicta al sexo anal, porque creo que hasta me cambio la manera de caminar. Ernesto tenia una enorme verga, pero mi colita la recibía para que el se acabara dentro de mi, después de darme una fiesta de goces bien adentro de mi embarazada conchita.
Aquel “rarito” de Ernesto, paso a ser mi amante. Durante mi embarazo, nos cogíamos dos veces por semana. Solo tuvimos un impass cuando nació el nene.

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