Felicies intercambiantes

domingo, 19 de agosto de 2012

Entregue a mi Melina


Hola, soy Sergio, casado hace 5 años con Melina.



Hemos tenido un buen matrimonio fruto de la comprension de ambos y el amor que tenemos el uno por el otro. Ella es una hermosisima mujer, tiene encantos que me atraparon siempre y que cada dia que pasa, mas los admiro y siento.




Laboralmente bien, tenemos un lindo departamento en una torre de nuestra ciudad.  Tenemos confianza en el pais, creemos en el Indec, aun gastando el triple de lo que anuncian como inflaccion.

La cuestion que, y a eso viene este relato, nos llevamos bien tambien sexualmente.



Muchas veces con amigos y compañeros de trabajo hemos hablado sobre los temas del matrimonio y cuando aparecen problemas algunos han recurrido a variantes para fortalecer la pareja, llegando la gran mayoria a poner terceros y terceras en la cama.



Quizas sin premeditarlo fue que nosotros compartimos muy de vez en cuando algunas veladas con una masajista amiga, que ademas del masaje, nos realiza a ambos sexo manual y oral. Mas no hemos necesitado otra cosa, hasta que una noche en que Melina me confeso estar muy caliente con mi primo, casualmente de visita circunstancial por unos meses en nuestro hogar.



Quede muy desacomodado cuando ella hizo abiertamente la confecion de que tenia ganas de voltearlo, es decir montarlo sexualmente. Como habian tenido tiempo suficiente para hacerlo, mi preocupacion me llevo a hablar directamente con mi primo Norberto.



Hable con el, de hombre a hombre explicandome el, que si bien estuvieron un acercamiento visual en la pileta, con el agregado de que el se puso bien al palo, al verla tan sexi y apetecible nada habia pasado si bien el noto noto el que ella estaba cachonda y con ganas.



Note que mi mujercita ardia de deseos, por lo que consulta mediante con la almohada y dada la experiencia de amigos,decidi darle el gusto. Ese gusto no seria solo de ella, tambien estaba claro que mi primo se la queria coger… y en definitiva, tampoco eso estaba lejos de lo que yo pudiera tener dentro de mis fantasias.



Asi que decidido, cite a mi primo en un barcito, y alli le conte mis fantasias y mis planes. El escucho y acepto todo, con tantas ganas que me produjeron cierto grado de celos. Pero era real, yo estaba decidido a entregarle a mi mujer, quizas, para evitar un engaño, quizas para fortalecer la pareja, quizas por puro morbo descalabrado que tengo.



El plan me llevo a llamar a la masajista, pero le explique que deberia venir el domingo al medio dia, eso seria despues de que yo intentara hacer la fiestita del trio con mi mujer y mi primo. Ella acepto y asi quedamos. A mi esposa le dije que la masajista vendria el sabado por la noche.



El sabado programado, prepare el ambiente, convencido que esa noche yo manejaria las acciones de tal modo que ella tendria el premio que bien se merece, dos machos para ella.



Poco duro nuestra ropa, ya que en la primera entrada a la pileta, ensaye un juego para quitarle su biquini y que ella nos dejara tal vinimos al mundo. Fue sobrecogedor para mi, verla sambullirse para acariciar la polla de mi primo, algo mas grande que la mia y corva, no solo por el manoseo sino por lo caliente que la note despues de aquel manoseo. Entre el y yo, la apretamos, el encantado con sus hermosas tetas, yo acariciando su coñitocaliente, frotando sus labios vaginales para meterle algun dedo mientras ella nos abrazaba por turno.



Tu seras la masajista le dije a ella…. Oral libre para todos, pero antes te daremos tu paga. La pusimos sobre la colchoneta, abrisus piernas que ya temblaban nerviosas, hundiendome en su vientre, para darle la primera lamida de la noche. Todo su cuerpo caliente era disfrutado por mi primo, que seguia encantado de las tetas de mi esposa Ahora chupandoselas como un niño con dos chupetines. Cuando le deje mi lugar, fui a abrazar a mi mujercita, que no bien la bese, comenzo a tener una corrida descomunal fruto de la habilidad lingüística de Norberto.



Melina jadeaba ruidosamente sacudiendo su cuerpo. Como para no enfriar las cosas, le dije que actuara como la masajista, y nos diera placer a nosotros….. que si lograba llevarnos al limbo…quizas jugariamos otro rato.



Yo estoy seguro que a esa altura de los hechos,mi mujercita intuia que yo la dejaria follarse a mi primo, pues la estaba mandando a mamarle el nabo, sin preguntarle siquiera si se animaba.



Caramba, que bien que lo hacia, nos mamaba un poquito a cada uno. Eso me daba morbo y placer, sentir que me la chupaba riquisimo y luego verla tragarse el pedazote de mi primo.



Me tenia a punto de estallar, cuando Norberto hizo gestos de no aguantar mas…. Por lo que la tome entre mis brazos, la abrace, besandola con locura, a tiempo que le pedi se pusiera en cuatro para dejarle el trasero y vulva expuesta para que se adueñara de ellos. Note claramente que Norberto le metia la lengua en la conchita, haciendolo tambien en el ollito, pues ella suspiraba diferente, abriendo los ojos y gruñendo de placeres.



Habia llegado el momento. Primero le avise a ella que daria permiso a mi primo para cogersela, persibiendo al hacerlo una sonrisa nerviosa y complaciente de parte de ella, agredeciendome con la mirada, pues estaba realmente deseando que la penetraran. Asi di la orden a mi primo para embestirla.



Vivi a pleno aquel momento, pues ella sintio el roce, la entrada, el avance, mas la clavada a fondo que le propino Norberto en muy pocos movimientos. Fue su primera acabada con la pija de otro metida hasta los huevos. Su boca se aflojaba, murmurando, me rompe, me taladra, me muero, me voy, me voy, me saca toda la leche…… por dios….. como me coge….. que rico.







Su calentura la hizo buscar mi endurecida pija, me la chupo como nunca…. Balbuceando obsenidades. Cuando mi primo se la saco para no acabarse…. Yo la tendi, abri sus piernas, y le entre a su concha abierta hecha fuego. Le di matraca hasta donde pude, y le deje el turno a Norberto. Asi la estuvimos clavando largo tiempo. Luego la cogimos de parado. Semi sentada, la hicimos montarnos varias veces, hasta que Norberto comenzo a lubricarle el culito. Ella suspiraba y me miraba, me miraba y suspiraba, mientras el le metia un dedo y otro en el trasero. Hasta que finalmente, tambien le abrio el ojete, sin que ella derramara una lagrima, mas bien, se dejo preparar y abrir.



Yo no sabia si decirselo, mas mis dudas fueron superadas por sus deseos, a punto que de pronto grito, quiero las dos adentro. Quiero que me la metan al mismo tiempo.



Mamacita, que pedazo de puta es mi mujercita. Se la dimos por ambos lados montada, agachada y parada con las piernas en horqueta.



Cuando no pude soportar mi tercera corrida, quede hecho una piltrafa, mientras mi Melina seguia montada al pingo de mi primoNorberto.



Al otro dia vino la masajista…. Y mientras Melina y Norberto se daba sin tregua yo me culie a Mary la masajista por primera vez. Fue toda una fiesta.

Barrio feliz


     Hola, soy Francisco. Este relato es en realidad continuación del que hiciera mi amiga Rita, en “Barrio privado”, y fue ella la que me pidió contarlo todo.  

 El día que regreso mi esposa Paula, después de unos largos meses de ausencia, sentí una alegría enorme pero cierta amargura por lo que debía dejar de hacer.


    Ella se había ido en busca de un contrato para una película de cuarta, embaucada por sus amigos actores, que como finalmente la película no se hizo, ella regreso a su hogar, mi hogar o sea nuestro hogar. Lloro y me prometió que jamás me abandonaría, que seria una mujer dedicada a mi.

  Yo hasta llegue a sentir un amargo sentimiento de culpa por lo que había hecho con mis vecinos  Rita y Sergio. En otro momento se lo tendría que contar. Pero esa noche luego de hacer un largo rato el amor, ella volvió a llorar y allí comprendí que algo mas le había pasado. Se lo pregunte, ella dudo, tuvo dudas de decímelo pero finalmente me confeso que me había sido infiel en dos oportunidades. Y me relato como se entrego primero a un promotor y luego a un director que le tomo casting desnuda y después se la follo, bien cogidita.

    Me puse tieso, pero como no tenía yo toda la “ropa limpia”, decidí blanquear también mi situación y contarle lo que había pasado con nuestros vecinos.

    Me pregunto que desde cuando fallábamos los tres. Intrigada y preocupada por lo que pudiera suceder de allí en mas. Porque según ella lo que le sucedió a ella  lo había dejado atrás, pero que a nuestros vecinos los veíamos todos los días.

   A los pocos días, habíamos hecho una reunión con nuestros vecinos, y todo quedo firmemente aclarado. Que ellos y yo estábamos gustosos de poder seguir con la relación que habíamos tenido,  pero que era mi esposa la que en definitiva definiría como continuarían las cosas.

   Seguimos nuestra amistad, pero yo notaba que mi mujer se excitaba cada vez que ellos venían o nosotros íbamos a casa de ellos. Por eso una noche después de cenar en nuestra casa, bailábamos las dos parejas cuando deslice mis manos debajo de la ropa de mi Paula, acariciando su cintura, su espalda, desabrochando su blusa hasta dejar sus pechos al descubierto, mostrando sus tetas duras donde los pezones firmes ya se le notaban duros y firmes.

   Mire a nuestros vecinos y el hacia lo mismo, pero también note que había vendado a su mujer, con sus propias prendas, cosa que imite, ya que el así parecía sugerírmelo.

  Mi mujer miro a nuestros vecinos, viendo perfectamente que Rita era vendada y desnudada por Sergio, mientas la acariciaba y bailaban tiernamente.

   Paula se dejo hacer, por lo que la fui desnudando  completamente, dejándola frente a nosotros desnuda, moviéndose al compas de la rítmica y suave música. Ella parecía conocer un libreto que ninguno había siquiera pensado, pero evidentemente si imaginado.

  Pronto ellos estuvieron a nuestro lado, mientras yo besaba a mi mujer ellos acariciaron sus manos, sus brazos con una ternura convincente. Ella no veía nada, pero se dejaba llevar, cuando Rita comenzó a besarle los pechos, lamiendo sus pezones, suavemente, mientras Sergio tomo mi lugar besando sus labios, donde pronto las lenguas se encontraron. Mi Paula, fue la que dio la señal para más al decir:

  - Ohh, estaba esperando esto, si que lo esperaba, lo deseaba.-

 - Nosotros también Pilar, queremos homenajearte.

  Ella no sabia muy bien que la besaba, tocaba, acariciaba, pero se estaba poniendo excitadísima. Entre los tres la tocábamos toda, siempre tenia una mano sobre sus pechos, un dedo siempre le masajeaba el clítoris, alguna boca la besaba, nada dejábamos de masajearle.-

   Pilar, estaba ardiendo de deseos, se quito el sostén que le hacia de venda, comenzando a devolver besos y caricias. Sin que ninguno se lo insinuara ella se fue recostando al gran sillón, abriendo instintivamente sus piernas. Mi mujer estaba entregada al deseo y no tenía ni la más mínima intención de retroceder. Pensé que eso estaba bien, que me gustaba así, que fuera así de zorra, bien putita para poder disfrutar los cuatro.

   Fue Rita la primera en comerle la almeja, lo que hizo que mi mujer abriera de par en par sus piernas. Acercamos nuestros penes a su cara, pero tomo el mío para chuparlo y lamerlo mientras masturbaba con la otra mano el pene de Sergio, que se inclinaba refregando su pedazo sobre las tetas de mi mujer. Rita hizo lo suyo, y Pilar comenzó a moverse gimiendo muy caliente.

   Sergio tomo el lugar de Rita, por unos breves momentos, porque así como ella sintió el cambio gimiendo con mas fuerza, el se levando y sin preámbulos le metió su polla dura, causando que Pilar asistiera con un sonoro gemido de aprobación que nos puso a todos muy cachondos.

   Sergio comenzó a embestirla cadenciosamente, ella respondía con movimientos contorneantes, demostrando cuanto le gusta la follada que le hacían….y entre suspiritos dijo:

-          Cógela Francisco, que ella quiere sentirte y yo quiero verlos, mientras gozo.

 Cuando bese a Rita tenia el sabor a la conchita de mi Pilar,  eso era sabroso, riquísimo, delirantemente placentero. Rita se acomodo para que yo se la metiera desde atrás pero dejando una visión perfecta para que Pilar observara como mi pija iba entrando en la cuca de nuestra vecina. Sentí un placer renovado, como si volviera a comerme un chupetín que extrañaba.

-Que rico te la estas folllando, cabron!  Hacela sentir como me esta haciendo sentir su marido…. Bien puta!  Oh….. si….. bien puta….. bien clavada. Rita estaba estallando en orgasmos continuados, y no paraba de relamerse, gemir y decir como le gustaba.

   Estalle en una acabada brutal, notando que a Sergio también aquello lo había hecho llegar.

  Nos paramos casi al mismo instante. Paula se tiro al piso, abriendo las piernas dijo:

-          Vamos Rita, ven a lamer los jugos de tu marido en mi cuevita y dame los del mío.

Yo no lo podía creer. Era mucho más de lo que hubiera podido imaginar. Que mi mujer le pidiera  a otra que la comiera y quisiera beberse mi esperma dentro de la concha de nuestra vecina.

   Mientras ambas se devoraban, en un sesenta y nueve lésbico, nosotros nos repusimos mirándolas jugar.

  Pronto  sin que ellas se separaran y dejaran de lamerse las conchitas, metiéndose unos deditos en el hoyito trasero el se la metió a su mujer y yo a la mía. Cuando de pronto Sergio pregunto si Paula  quería sexo anal…. Y ella sin dejar de chupar susurro….. Un- Si quiero…. A tiempo que levantaba la colita.

   Sergio le lamio la colita provocando un ronroneo de epítetos soeces de la boca de mi Paula…. Porque de degenerados, putos, cabrones, hasta pedir que la hicieran puré sin demoras.  Mi vecino intento ponérsela y ella se puso bien en cuatro patas, para comenzar a recibir la polla de Sergio, que fue lentamente, entrándole ante la mirada atenta de Rita y mía, que nos sentamos a disfrutar de aquella penetración.

-          Se me dilata, papi, se me dilata….. decile que me la meta mas…. Manassas.

Rita la abrazo por la cintura, inclinándose para chuparle las tetas, yo me puse de rodillas para que ella me chupara el nabo. Así se me puso otra vez bien dura. Me escurrí entre sus brazos para ponerme en posición ofreciéndole mi polla parada justo frente a su raja bien mojada.

   Paula me demostró lo increíble que era, dejándose caer suavemente sobre mi pija, sin que Sergio se la sacar de su trasero. Cuando tuvo ambas hasta los huevos, dio un grito de placer descomunal.

-          No me las saquen…. Hijos de puta…..quiero morirme así…. Mátenme de gozo… hijos de puta, háganme morir de felicidad.

Yo intentaba quedarme quieto, porque no podía mas resistir sin acabarme, pero esa primera vez fui vencido por la excitación y el placer, llenando de leche la conchita de mi mujer mientras Sergio se le llenaba el culito.

   Así quede tendido boca arriba, teniendo a mi mujer ensartada, removiéndose de placer, aun cuando Sergio se la saco y Rita fue por algo para tomar.  Así ambos abrazados, reíamos y llorábamos al mismo tiempo.  Temblábamos los dos, ella por momentos tenia unos espasmos pos orgasmos que nos sacudían a ambos. Habíamos encontrado una felicidad sexual en nuestro matrimonio que a partir de ese día, no dejo de manifestarse nunca.-  A partir de allí, fuimos dos parejas que supimos compartir lo mejor. El buen placer. El barrio era feliz.

Me sedujo el tamaño.


   Mi nombre es Leticia, una mujer casada hace 6 años con un hombre excelente con un nivel de vida que dicen es de clase alta. Mi esposo es un alto directivo y socio de Ciccone Calcografica, que trabaja para gente del gobierno. Lo conquiste con mi sonrisa y mis atributos de  modelo de prestigio, rubia, esbelta y con buenos modales.

    La cuestión es que tenemos en nuestra casa personal que atiende el hogar, mucama, cocinera, chofer-jardinero. Y de allí viene esta historia verídica.

    Resulta ser que una tarde de verano, salí al jardín a caminar bajo la marquesina buscando aire fresco, cuando sentí un rumor como a gemidos femeninos.

   Más que aire fresco, lo que había encontrado era una caliente situación. Mire por la pequeña ventana de los aposentos de la mucama y vi a Marcela en cuatro patas suspirando y gimiendo como una perra. Pero lo que mas me atrajo fue ver a Pedro, el chofer, arrodillado detrás de ella, embistiéndola como un caballo desbocado, casusa de los gemidos de Marcela. Y mas me atrajo aun ver su nabo increíblemente grueso, en estado viril cual mástil, con un largo que no podía definir, pero que era evidentemente largo. Tal me lo confesaban los grititos de Marcela cada vez que Pedro la embestía a fondo. Quede como loca, muy caliente, cuando el se la saco para dársela a chupar…. era no solo gruesa, su tamaño me confirmaba que era un espécimen magnifico. Se la volvió ella ahora a meter cabalgándolo salvajemente, cosa que me dio una visión perfecta de lo hermosa que era la pija de Pedro.

   Pedro era un muchacho educado, reservado, de una confianza tal para mi marido quien lo conocía desde niño, y por eso era su chofer. Además de eso era un ser muy atlético, con buen físico, algo peludito, bien machito.

   Pero mi opinión sobre Pedro había cambiado aquella calurosa tarde. Porque me había mojado intensamente y no pudiendo soportar mas fui a mí recamara a prender el consolador que me volviera a la normalidad. Lo hice sin dejar de pensar en aquella cosa que tenía Pedro, tan viril.

   Jamás en esos seis años pensé en engañar a mi esposo, mas allá de algunas fantasías, pero sucedió que comencé a inventar salidas para que Pedro me llevara, comencé a comportarme de una manera diferente con el, como buscando ser su amiga, como con ganas de intimar. En realidad comencé a comprender que tenia unas ganas locas de sentir todo aquello que me había encantado y en cierta forma comencé a provocarlo. Mi perdición era tal que termine licenciando a Marcela con una excusa inventada.

   Volvíamos de hacer una diligencia y le pregunte si extrañaba a Marcela.

-          Si, señora, mucho.-

-          Y que relación tenias con ella, eran amantes?

-          Pues no se, simplemente nos llevábamos bien.

-          Esta tarde te dejare algo en la habitación que era de ella, como para que no la extrañes tanto.

   Mi mejor ajuar transparente y sexi, lleve a la habitación que era de Marcela, perfumada y arreglada como para presentarme totalmente ofrecida. Mi rubia cabellera semi recogida, mi vello púbico con el rizado de oro, se insinuaba cálidamente, mis curvas se acomodaron en la cama, esperando a aquel apetecible bombón.  Debí contener mis impulsos porque estaba excitándome sobremanera, rogando que el no demorara mas.-

   Entro silenciosamente, me observó intensamente con ojos de deseo, mas se detuvo a menos de un metro sin emitir palabra.

-          Te he deseado intensamente desde que los vi hacer el amor en esta cama., le dije….

-          Señora, ….¿es esto real?-

-          Aquí no quiero ser tu señora Pedro, quiero ser tu amante.-

Estire mis brazos hacia el y comenzamos un baile de caricias y besos mientras el quitaba lo poco de mi ajuar y yo luchaba por quitarle pronto toda su ropa de encima. Me revolqué como una puta en la cama, acariciándolo, besándolo y ofreciendo todo mi cuerpo.

   Su dulzura era tal que me transformaba en cada caricia, elevándome a una meseta de sensaciones jamás percibida por mí. Sus manos suaves recorrían mi piel haciendo estragos en mi pudor, a tal punto que me vi persiguiendo su polla para comenzar chupársela con desesperación y deseos. La tenia ante mi, jugando con ella, enorme, dura, un mástil impecable que relamí con ganas, y para cuando el abrió mi carnosa vulva para meter su boca y lengua, ya mi resistencia a estallar fue irresistible. Su lengua producía sensaciones inmorales en mi cuevita y cuando recorría todo, me hacia traspirar de deseo, y hasta cuando me lamia el culito mi gozo era impresionante. Mi orgasmo causo en el una variación de temperamento, pues poniéndome en cuatro, comenzó a mandármela sin preámbulos. Aquella dulzura de los primeros momentos se estaba transformando en un enérgico trato, manejando mi cuerpo a merced de sus embestidas cada vez más penetrantes. Era poseedor de una pijota enorme, que me abría de para en par. Sus casi 24 centímetros eran mi locura, y yo quería ser la loca que sucumbiera entre sus brazos, teniendo aquello dentro de mi.

 El imprimía un ritmo con sus estocadas a voluntad, yo me entregaba a su dominio.

-          Leticia, estas tan buena que no me canso de disfrutarte.

-          Pedrito, no me la saques que necesito tenerla bien adentro.


   Ese dominio se transformo en rutina diaria. Yo iba a aquel cuarto me desnudaba y lo esperaba, jugábamos un poquito y el me abría toda, yo abrazaba su cuerpo con brazos y piernas para recibir su enorme cosa, que a veces veía entrar y salir ayudada por el espejo de la cómoda.

  El me dominaba con su pijota encantadora, yo encantada aceptaba sumisa todo lo que el pedía, así fue cuando me pidió hacerme por detrás, llore, sufrí pero termine gozándosela como una poseída. El me tocaba y yo me convertía en su puta incondicional.

  El manejaba entonces mi sexo y parte de mi vida. Así fue que despedimos a la cocinera cuando regreso Marcela. A Marcela le duplicamos el sueldo, ahora hace su trabajo y me ayuda en la cocina. A Pedro le duplicamos el sueldo, porque es el dueño de las dos. Las dos comenzamos a entendernos mucho, tanto que aprendimos a jugar entre nosotras tal lo pide Pedro.  Es ella la que me prepara casi siempre para que Pedro me de lo que mas quiero en esta vida, su polla de casi 24 centímetros. Paso horas felices gozando de ambos.

martes, 14 de agosto de 2012

Barrio privado.


Barrio privado.  

Vivimos en un hermoso lugar considerado como si fuera de lo común, en e barrio Los Paraísos de Los Cardales., una síntesis dentro de una misma postal de lo mas puro de las traiciones del campo y las expresiones mas acabadas del buen gusto y refinamiento. En total armonía con el lugar, nuestro hogar, donde mi esposo Sergio y yo, Rita,  vinimos hace algunos años, ocupando un chalet contiguo a otro similar donde viven Francisco y Paula.

   Ambos matrimonios somos relativamente jóvenes, promedio 35 años, ambos maridos trabajan en la misma empresa y son amigos desde siempre. Nosotras algo diferentes, ella rubia, yo morocha, ella esbelta y flaca, yo mas baja y rellenita, ella intelectual artística, yo ama de casa amante de la naturaleza.

   Hemos compartido mucho en todo este tiempo que somos vecinos, y la relación a sido muy buena.

   Pero el matrimonio de ellos no ha sido como el nuestro, nosotros somos como una sola unidad y ellos discuten a menudo y así las cosas se deterioran. El motivo, es que ella quiere seguir su carrera artística como actriz y el prefiere vivir en la paz de un hogar sin mayores excentricidades. Varias veces ella se fue, pero siempre regreso a los días o semanas.

   Pero esta última vez, al parecer la cosa va diferente, pues hace casi un mes que solo se comunican telefónicamente. Eso ha hecho de Francisco una verdadera piltrafa humana.

   Eso ha hecho que tengamos decidido con mi esposo apoyarlo, por lo que casi todos los días viene a cenar con nosotros. Siempre sale el tema de la pareja, intentamos animarlo pero el sufre, porque la quiere y lo notamos muy decaído.

-         Algo tenemos que hacer, Rita.

-         Es que mas que animarlo a que tenga esperanzas, o que la olvide, no se que otra cosa podemos hacer.

-         Ella va a volver, estoy seguro, porque según el, nadie la puede hacer feliz como el, que por eso ella se va y siempre vuelve como si no pudiera vivir sin el, por eso debemos apoyarlo para que pase estos momentos.

-         No veo como, si el se deprime como se deprime.

-         Entreteniéndole, suministrándole material para que se sienta bien, llenando sus emociones para que se sienta pleno.

-         Te repito, no se como podemos hacerlo.

   Allí vino la explicación del plan de mi esposo que casi termina con nuestro matrimonio esa misma noche. El insistió, una y otra vez, explicándome su plan de salvataje del deprimido de su amigo…. Una y otra vez hasta que termine por aceptarlo con algunos cambios.

   Mi esposo sostiene que como yo me cachondeo con Francisco y que Francisco me mira con muy buenos ojos, debemos intensificar el juego para levantarle la moral.

   Así es que como yo me voy a dormir antes que ellos, que se quedan jugando al ajedrez, mi esposo le explico a Francisco que yo tomo pastillas para dormir, y que por lo general me quedo hecha una zombi casi todas las noches. Que el se tiene que conformar con dormirse a mi lado sin tener una hembra a full.

   Eso le conto, para invitarlo a que pasara a verme una noche…. Para que comprobara que era cierto lo que decía. Además, la verdadera intención era calentarlo para que Francisco se pajeara viéndome. Eso es lo que entendí.

 

   Lo cierto que yo me ratoneaba en serio,….. Y a las pocas noches, me fui a dormir despidiéndome cariñosamente,…. me tendí sobre la cama matrimonial sabiendo que tendría visitas y miradas masculinas extra matrimoniales.

   No tardaron en entrar.

-         Ves Francisco, … te lo dije, esta completamente dormida….

-         Wuauuu amigo…. Que bella mujer tienes!!.... ya lo sabia, pero nunca me la hubiera imaginado verla asi…

  Esa noche sentí una enorme cachondez, y se lo dije a mi esposo. Mas la noche siguiente….siguió la acción.

-         Ayúdame a sacarle esto….

-         Estas seguro Sergio…. No despertara?

-         Vamos amigo, puedes tocarla toda…. Y nos hacemos la puñeta.

  El muy turrito de mi marido comenzó a sacarme el conjuntito de ropa interior…. Pronto las manos de Francisco entraron a tirar de mi prenda intima…..desprendieron el sutien y mis tetas quedaron expuestas…. Mi calentura comenzó a sentirse, sintiendo la excitación de una experiencia totalmente nueva. Me moví como excitada cuando unos dedos abrieron mi vulva húmeda.  Mis pezones se pusieron duros al sentir que sobaban mis tetas de forma armoniosa.

   Como yo no abría los ojos, no entendía muy bien…. Quien era que me tocaba por todos lados, y si supe que era mi esposo el que me puso la verga en la cara porque lo hizo notar.

-         Ves que esta como zombi….. se la meto en la boca y la chupa como poseída, pero después no recuerda nada.

-         En serio? Pero además se mueve caliente cuando le meto los deditos….


  Ese ven fue tremendo…. Mi esposo le cedió el lugar a Francisco que entusiasmado vino a poner su polla en mi cara….tomando mis manos hizo que le sostuviera su enorme aparato…. que cuando tuve delante, abrí los ojos un segundo, incrédula, porque era increíblemente enorme y dura aquella polla.

   Mi marido me la meto desde atrás, y fue eso lo que me hizo estallar…. Jadeando entre en un orgasmo que me costaba disimular haciéndome la tonta igual chupaba y chupaba mientras acababa y acababa…. hasta que el me lleno de esperma la cara. Se corrió y se fue.

   Mi esposo tuvo que darme una buena cogida, más unas buenas mamadas y sobadas de lengua para sacarme toda la gran calentura que me hicieron juntar.

   Le dije, que se acababa allí la juerga, que no habría más juegos, porque aquello se nos iba a ir de las manos.

 El insistió que por el contario, todo estaba funcionando bien. Que le hacia bien a nuestro amigo, que a mi me había gustado y a el le había encantado verme caliente como nunca.

-         Es que lo que tu no entiendes, es que me puse súper caliente con la polla de Francisco, que la tiene gruesa, dura y grande, que casi seguro que es por eso que su mujer vuelve, porque otra así no va a conseguir tan fácil. Que no quiero tentarme más…

-         Pues si te gusta, la puedes seguir besando…. No hay problemas.

   Yo no se si mi esposo no entendió, o que….. pero dos noches después, me despidió recordándome tomar la pastilla…. En evidente anuncio que se vendria con su amigo a nuestro dormitorio.

    Me acosté completamente desnuda….a esperarlos. Ellos comenzaron un lento juego de manoseos, toqueteos y besos. Ambos besaron mis tetas, lamieron mi almeja turnándose en lamer mis jugos. Me puse otra vez a mil. Mi calentura era insoportablemente evidente, incontrolable….para cuando Francisco metió la punta de su verga en mi chuchita abierta….. yo quería mas, pero el metía y sacaba la puntita, gozándome pero volviéndome loca, loca … loca.

 Sentí como Francisco se pajeaba en la puerta de mi conchita, metiendo solo aquel pedacito de aquello tan vasto y enorme que tenia, yo mordía la sabana para soportar no gritar mi calentura….. hasta que se chorreo a gusto abrazado a mi cintura.

   Supuse que me darían revancha pero no fue asi…. Francisco se fue y mi calentura me la volvio a sacar mi marido, pero mientras lo hacia le advertí que no aceptaría volver a quedarme con las ganas de gozar el tejón de su amigo.  El solo se reía diciendo que todo estaba bien así.

 Noches después….. volvieron a elevar a tope mi temperatura sexual….. Me la lamieron rico, se las chupe con ganas, mi marido me puntio un poco y hasta metió unos dedos en mi culio. Yo resistía jadeando entrecortadamente, hasta que Francisco comenzó a rozar su aparato en mi raja….. Con movimientos simétricos que yo copiaba ahora hamacándome sobre su verga.  El como las noches anteriores metió la puntita, para mi regocijo y locura….. Y allí mismo abrí mas mis piernas, tome fuerzas, gire la cabeza para pedirle con firmeza a Francisco….

-         Que rica la tienes Franc…… métemela por favor, métemela toda, que hoy estoy bien despierta.

-         Que?

-         Que quiero me la meta toda…. Dile Sergio, te lo ruego….. que me la quiero comer toda!

-         Dale Francisco, dale, dijo Sergio, para que en ese instante yo recibiera un vergon descomunal dentro de mi cueva caliente…. Abrí mis piernas para recibir aquello de par en par…. En un momento de gran goce…..

   Murmurando entre gemidos, les dije que no había tomado pastilla alguna, que los estaba esperando…. Que quiera jugar con ellos, que me hacían bien…..que me gustaba, que quería hacer despierta lo que hacia antes dormida, pero que quería me cogieran bien cogida, entre los dos.

   Casi los deje sin palabras, pero ellos seguían jugando con mi cuerpo…. Y yo con sus pijas.

 Me puse boca arriba, ofreciendo mi sexo bien abierto, con las piernas hacia el cielo.

-         Decile que me la meta de nuevo.

-         Oíste Francisco.

-         Uhhmmm.

-         Eso, Franc….. estoy pidiendo que me la metas…… porque estoy caliente con esa cosa.

-         Dale…!!!

-         Mamiiiiita!  

-         Que me gusta esto…. Si…. Me gusta mucho, lloriqueando de placer.

Francisco me monto, ensartandome sin mas preámbulo,  a tiempo que me abrace a mi esposo tomando su verga dura con una mano….acerque mi cara a la suya, lo mire a los ojos…. Susurrándole  lo que sentía ganas en ese momento. Aquella poronga me entraba lentamente y salía rápido. La gozaba en cada milímetro que me penetraba. Mi conchita vibraba palpitando por el roce de aquel chorizo que parecía no tener fin.

 Comenzó a joderme, mas rápido, entrando y saliendo, y era tanto el placer que comencé a llorar de goce y felicidad…. Lloraba y le daba gracias a mi marido….porque el había inventado ese jueguito que me hizo hacerlo cornudo estando abrazo a el. Todo se humedecía con mis acabadas sin fin.

   Cuando Francisco me lleno la almeja…. Seguí allí abierta, tumbada y ofrecida  boca arriba y le pedí a mi Sergio que me la metiera, me abrazo, me prendí a el y lo sentí acabarme también bien adentro.

   Aquello fue un desenfreno brutal, porque me fornicaron en distintas posiciones.

   Era así, casi todas las noches, donde me perdía en un mar de placeres inexplicables, donde todas las mañanas rogaba que mi amiga Paula no regresara nunca mas.

   Pero eso duro hasta que ella apareció.