Felicies intercambiantes

miércoles, 22 de junio de 2011

Ajies mexicanos


Quiero relatarte lo que me paso, que para mi ha marcado profundamente mi vida sexual y emocional.
Estoy casada hace cuatro años con un marido, casi perfecto. Nuestra relación ha sido y es buena, con excelente dialogo y entendimiento. Sexualmente muy bien, ya que lo hacemos semanalmente, con un buen rendimiento y satisfacción para ambos, si el llega primero nunca deja de darme sexo oral hasta que yo llegue a la meta.
Vivimos en una gran casona, donde residen mi cuñada, su marido con sus hijos, mi otro cuñado y su señora, y siempre nos hemos llevado de maravilla.
Pero algo ha cambiado sustancialmente.
Por razones de trabajo mi esposo ha viajado a México, para la reunión del GAFI, Grupo de Acción financiera Internacional, a los efectos de intentar no bajaran la nota a nuestro país por el famoso lavado de dinero.
Llego bien, y estuvimos incluso chateando un rato. Así que luego de revisar mis actividades para la semana, decidí ir al yacusi a relajarme un rato. Así lo hice, volviendo a mi habitación en un estado de sopor, calor y fragor, producto del calor y de las sales perfumadas. Mi conchita a la que había prolijeado, rasurando sus bordes, estaba necesitando mantenimiento.
Me tumbe sobre nuestra cama, quedando profundamente dormida. Mis sueños me llevaron a una loca aventura, encontrándome en un paradisiaco lugar, donde un príncipe viril me tomaba desde atrás, levantaba mi cuerpo, sobando mis tetas a tiempo que abría mis piernas introducía un falo enorme, obligando a mi cuerpo recibir sin preámbulos tamaña invasión.
Fueron uno, dos, cinco, ocho embestidas, en cada una de ellas el avance aumentaba entrando mas profundamente en mi, profundizando con ello el goce……goce que deje tildado por un instante al darme cuenta de que no estaba soñando sino que alguien me la estaba metiendo desde atrás, tomando desfachatadamente mi cuerpo, aprisionando mi desnudez con la suya, sin violencia pero en un continuo movimiento que enloquecía mis sentidos.
Fue una vaga idea de que mi marido estuviera devuelta, mas era imposible, por la distancia, o por el tamaño del miembro que me estaba sometiendo a una dilatación vaginal como nunca había sentido…..por lo que intente prender el velador a tiempo que preguntaba con ronca voz……- Quien sos, ¡que haces !
- Calma Graciela, soy yo Luis, que vine a darte una sorpresita.
- Menuda sorpresita me estas dando Luisito…..pero vamos, vamos, acábame pronto que si nos descubren estamos listos.
No era mi intención, hacer escándalo, una, porque el acto ya estaba en proceso de ejecución y otra que no quería estropear ni mi relación matrimonial ni aquel momento de pleno goce al que mi cuñado Luis me estaba llevando.
- Vamos a gozar, Gracielita, porque te vi, tan atractiva, desnuda, con esa cosita tan bien depiladita, con esas nalgas rosadas, hinchados los labios de tu conchita, y esas tetas tan duritas….. que no me pude contener.
- Cállate… hijo de puta y cógeme, cógeme….. que quiero ahora disfrutar tu ataque sexual.
Mis movimiento aumentaron nuestra frotación, mi vagina recibía en toda su profundidad una enorme variedad de sensaciones rozada por aquella enorme pijota de Luis. Su pija, era apretada por mi estrecha cueva, dándole sin dudas una rigurosa bienvenida.
Como pude me fui girando, para seguir cogiendo enfrentados, abrir mis piernas a los solo efectos de que su tranca tuviera el espacio suficiente de llegarme tan inmensa era. Así explote en un impresionante tembladeral donde no podía contener mis espasmos orgásmicos.
El me lleno la concha de leche. Estábamos ambos acabados….
Pero no era esa la cuestión, el había violado territorios de su hermano, no siendo yo quien para impedírselo ahora, pero si podía pedir resarcimiento, exigiéndole permitiera dar rienda suelta a mis instintos.
Debí dejarle acariciar mi cuerpo, para que se volviera a calentar, que mirara mi desnudez prendiendo la lamparita, que yo se la lamiera, besara y chupara para volver a sentirla dura, bien al palo.
Me la volvió a meter, ahora estando yo bien despierta, recibiendo aquello con ojos y piernas bien abierta, con los sentidos puestos en el placer que me daba aquella infidelidad de mi cuñado, aquella situación por mi soportada heroicamente, tan sorpresivamente reconfortante.
Tenía una pijota enorme, seductora, imposible de no prestarle atención.
Volví a inundar mi sexo con líquidos de un orgasmo increíble, especial para darme vuelta y ofrecerle mi colita….. mas el, esa tarde noche….. no pudo aguantar y se acabo en un balbuceo lánguido, aflojándose lentamente.
Fue semanas después, de que el GAFI hubiera bajado la nota a nuestro país, que primero bajo a lamer mi cueva, luego me hizo acabar y finalmente me dio por la retaguardia.
Nada se ha sabido de la infedilidad de Luis con su hermano, pese de que los encuentros son bisemanales con un condimento digno de compararse con los ajjies mexicanos o putas pario que trajo mi marido de regalo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario