Felicies intercambiantes

lunes, 31 de mayo de 2010

Y despertaron mis vicios 01.03


… Y despertaron mis vicios.

Me resultaba difícil seguir relatando mi experiencia en el convento ahora que estaba abrazada a un amor verdadero, pero el me incentivaba y seguí contando:
Al otro día se la llevaron a Lourdes, y estuvimos algo asustadas con Natalia. Sabíamos que era por lo que había visto la preceptora Mabel, pero fue esta misma quien nos tranquilizo explicándonos que aquello era normal y era de rutina que las jefas de preceptoras tomaran medidas sabiendo el verdadero alcance de las cuestiones. Pero no teman, no será nada más que un interrogatorio.
Esa noche dormimos cada una es su cama.
Fue pasados dos días que volvió Lourdes, pero inmediatamente se llevaron a Natalia.
Lourdes se puso muy mal, cuando vio que a ella la dejaban y se llevaban a nuestra amiga, y muy nerviosa comenzó a putear…. Que pedazo de hijas de puta…. Por que se la llevan….
- A interrogarla, dije
- No, no solo eso…. Se la van a cojer bien cojida.
- Como?
- Allá están la directora de preceptoras, Lucrecia, la profe de música, Cristina y la monja Perales. Te revisan toda y si no sos virgen te hacen de todo y es muy probable que se propasen con Natalia.
Dos días interminables, pensando en Natalia y que era posible me llevaran también a mi.
Y mi temor se cumplió, porque trajeron a Nati y me dijeron, vamos nena tenés que acompañarnos. Nati me miro, y con una sonrisa me dijo, todo bien, no te preocupes.
La habitación de las juezas era grande confortable y muy bien calefaccionada. Cuando entre percibí una aroma agradable de perfume de buena calidad. Era evidente que la pasaban muy bien.
-Hola Yamila, dijo Lucrecia, sabes que estas acá para colaborar con una investigación?
- No señora, respondí, a aquella rubia grandota, a la que muchas llamaban La polaca o La Alemana.
- Si y es de esperar que colabores, porque tu estabas junto a las otras en actitudes que debemos esclarecer.
- Yo, dije…. Y me interrumpió al momento….
-Tú hablaras cuando te lo indique…. Ahora súbete a esa banqueta.
La banqueta de madera era bastante baja, grande y parecía segura, y de un solo envión me subí y quede quietita.
Ella dio varios giros a mí alrededor con postura de sargento. Al tiempo entraron las otras damas.
- Aun no han comenzado, dijo la monja Perales, una monja bajita pero de muy dulce mirada.
-Hola Yamilita, dijo Cristina, una profesora que las alumnas adorábamos. Todas teníamos un especial interés en sus clases, por ser ella muy agradable, joven y guapa además de ser efectiva en su tarea siempre nos provocaba dándonos incentivos muy especiales, montando escenarios para hablarnos de sexo sano, explicito y de buen resultado.
Lucrecia seguía dando vueltas y comenzó a mover mi ropa y mi cuerpo con una larga regla, se movía con criterio logrando abrir mis piernas de par en par, con ello mi corta pollerita se subió dejando a la vista mi pequeña tanguita.
- Mira lo que usa, dijo la Perales, eso y nada es lo mismo, así que sácasela Cristina.
Cristina se acerco a mi, con su atractiva presencia y comenzó a bajar mi tanguita cosa que yo facilite levantando levemente una pierna, cosa que esta aprovecho para depositarla sobre otra banquetita algo más alta, dejándome con las piernas bien abiertas y exponiendo mi trasero.
Lucrecia con una especie de plumerillo en la punta de la regla, hurgaba entre mis nalgas produciéndome un intenso cosquilleo.
La Perales comenzó a desprender los botones de mi blusita que pronto quedo colgada en el respaldo de una silla. Y ella saco todo el resto dejando mis tetas al aire….y fue tal su premura que mi pollerita quito por encima.
Allí desnuda delante de ellas no comprendía cual era el cometido de esa investigación.
El plumerillo de Lucrecia hizo notoria influencia en mis tetitas comenzando a impacientarme pues me estaba naciendo una calentura no esperada.
- Hermosas tetas tiene esta niña.
- Y una rajita peludita pero agradable…. Ves.
- Pues a mi me atrae su formidable culito…. Mira que carnesillas, que nalguitas, que redondeaditos tiene ese trasero….
- Pues revísalo entonces Maria Perales……
La Perales lentamente comenzó a abrir y cerrar los cachetes de mi trasero…. Mirando indagando. El roce de su mano me hacia mas notoria mi calentura…. Para cuando comenzó a besar mi ano, sentí miedo un poquito, pero pronto comencé a gozar con su lengua. Cada beso que me daba, iba acompañado de una metidita de lengua, cada vez mas profundo… Nunca me habían hecho eso y mi excitación esta siendo bien vista por las otras dos, que con sus caras no disimulaban la expresión de deseo. El morbo de la situación era norme.
Aquella lengua de la monja Maria Perales me gustaba, me gustaba lo que me estaba haciendo y el calor que nacía en el centro de mi orificio se expandía por todo mi cuerpo.
Lucrecia cambio el plumerillo por su boca, y lamió mis tetas, buscando hacer mella en mis redondeados limones.
La profe Cristina, se lanzo directamente a mi ya ofrecido coño, cuyos labios yo mismo le abr con mis dedos para que esa cachonda perdida me comiera la cuevita de los deseos.
Mi excitación y deseo se pusieron al rojo vivo. Estaba probando algo totalmente nuevo y que no me desagradaba en absoluto…. Al contrario…. Estaba disfrutando del interrogatorio.
No pude soportarlo, ni quise aguantarlo…. Abría mis piernas de par en par empujando hacia delante para sentir bien fuerte que Cristina me comía el coñito e iba hacia atrás para que la monja me metiera su degenerada lengua en el culo…. Así, hasta abrace a la polaca Lucrecia, con la que termine dándome besos de lengua.
Ellas disfrutaron sacarme ese impresionante orgasmo que fue el primero de aquella jornada.
Pronto me vi en un gran sillón de ese tipo psicólogo, con las piernas abiertas por la Perales, que apoyaba sus gordas tetas sobre mis piernas… y de cabeza bajaba a hurgar en mi aun palpitante almejita.
- Si tienes razón, Cris, aun conserva la telita….. de virgen. Pero te aseguro que el culito se le abre de par en par.
Yo había oído hablar de esos aparatitos, pero nunca había visto alguno directamente….. Y fui presa de una vibración impresionante que en pocos minutos me estaba haciendo gritar de placer….Cristina lo manipulaba recorriendo mi raja desde arriba hacia abajo y volvía a subir para sentir mis grititos cuando entraba en contacto con mi clítoris.
La polaca se había puesto un arnés con una enorme tripa, y ya también desnuda empalaba a la profe de música que abría la boca boqueando una calentura armoniosa y musical. Se acabo a toda orquesta. Yo la acompañe haciéndole coros y bailando a ritmo.
Me pusieron de espalda. Y ya estaba yo para cualquier faena. Si venia un macho y me culeaba, yo lo dejaba hacer.
Pero lo que vi a nuestro lado me puso cachondo en serio…. Lucrecia ahora fondeaba la cuca de la monja Perales con ese vergon de plástico….. La monjita se bamboleaba con una vela de fragata en plena tormenta.
Allí de espaldas fui sometida sexualmente por el ano con aquel pequeño consolador que me había sacado tan grande orgasmo…. Mi culito se abrió y abrió para recibirlo una y otra vez, hasta que lo encendió y comencé a volverme loquita, loquita….a tal punto que cuando Lucrecia se despojo del pijon de plástico se acerco y le comí su conchota de labios gruesos y carnosos.
Me encontraba allí a pleno goce, entregada a la lujuria de esas tres mujeres, mi coneja no podía ya retener humedad y chorreaba jugos a más no poder…. Mi hasta ayer cerrado culito estaba siendo abierto para ser deseado y desear recibir pollas con agrado por toda una eternidad.
Ya en la cama con mi querida profesora de música, acaricie sus pechos, de una perfección maravillosa, ella se fue animando, tanto por mi calentura como por su propia entrega, se los lamí, se los mamé hasta que ella busco con su mano mi sexo y llevo las mías al suyo.
De pronto tomadas ambas de las caderas unimos nuestros sexos abriendo nuestras piernas al máximo y nos refregamos las cuquitas con fuerza y cariño. Me gusto oír sus gemidos de placer, notar que su cuerpo se ponía en tensión, como se entregaba a mi del mismo modo de cómo yo me entregaba a ella. Esa noche así quede dormida.
Al otro día, fui pasto de comentarios morbosos, como que era una insaciable, que tenia genes de yegua mezclada con perra y gata alzada.
Fue ese día, que otra vez me pusieron en la cima de un volcán y quise tener más y mas rogándole que me desfloraran allí mismo.
Cristina me mimaba, La godita Perales manoseaba mis limoncitos hinchados como peras grandes….Lucrecia me tomo de los tobillos, abrio al máximo mis muslos y entro en mis entrañas con aquel aparato fálico, lo hizo lento, lento…. Lentamente.
Me sentí llena de vergas y aunque algo se rompía en mis entrañas, gozaba sin remedio, totalmente entregada, totalmente poseída por mi desfloración eterna. Ella me penetraba entrando y sacando sin descanso, con una lacerante lentitud que hacia que continuaran mis orgasmos sin encontrar un final. Me corría como loca.
Yo había encontrado una veta de placer, ellas también, había descubierto mi vocación de bisexual bien definida y a partir de aquel día, todas las semanas pasaba una tarde noche con ellas, y el resto del tiempo lo ocupábamos en jadear con Natalia, Lourdes y Mabel que resulto ser una putita encantadora.

domingo, 30 de mayo de 2010

01/02 Mi inicio en el convento.


Bueno te cuento mis comienzos le dije:
Los dormitorios del colegio eran grandes y fríos.
Ya era una costumbre dormir bien arropada y con calcetas. Fue por puro instinto que me acurrucaba en posición fetal y metía las manos entre mis piernas.
No puedo precisar cuando ni como fue que comencé a tocarme al sentir cosquilleos en mi rajita.
Que fue primero, si los pensamientos o el calorcito, el calorcito o los pensamientos, lo resolverán los psicólogos, yo solo se que comencé a acariciarme, tocarme y frotarme la cuquita por puro placer y encanto.
Mamá estaba intentando rehacer su vida . Papá venia poco a visitarme. Las únicas que venían mas seguido eran unas tías, pero no podía yo contarles lo que me pasaba y preguntarles que debía hacer.
No se me ocurrió mezclar eso con la religión, ni pensar que era pecado o cosas por el estilo, y quizás si me lo hubieran dicho mas pronto hubiera roto con todo ese tabulerismo que querían imponer las monjas de mi colegio.
Aquel placer que me daban mis dedos, tuvo una explosión una tardecita mientras me bañaba, ya que al pasar el jabón, descubrí que tenia un punto rojizo, como un botoncito hinchado en la parte superior de mi cuquita, que al sacudirlo y apretarlo me daban tanto placer que jugué y jugué hasta que me encontré temblando inesperadamente, sin intenciones, sacudiéndome y vibrando como una pava de agua hirviendo.
Fue una pupila de mi cuarto, vecina de cama, que me pregunto que me pasaba al sentir mis gemidos….. Yo disimule, pero la muy tonta le dijo a una preceptora.
Esa noche me cambiaron de dormitorio. Como si tuviera yo algún virus o algo parecido.
La nueva pieza era mucho más chica y solo había 4 camas, tres chicas pupilas y una preceptora, que además era practicante a ingresar de monja, o monja novicia.
Las compañeras de dormitorio eran algo mayores que yo, mucho más amigables que las otras niñas que había dejado.
La monja novicia, en la mayoría de las noches, casi todas, no dormía en su lugar, y supe que iba a hacer rancho aparte con las de su clase en otro lugar.
Eso permitía que pudiéramos hablar aun después de que las luces se apagaran, y contarnos cosas.
Que cosas que aprendí en tan poco tiempo ¡!!
Pronto supe que lo que me pasaba era normal en ellas, también se “pajeaban” regularmente.
Había tanta afinidad entre ellas que se lo hacían mutuamente y hasta dormían algunas veces juntas.
Yo intentaba hacerlo silenciosamente para que no me volvieran a cambiar de dormitorio, pero ellas no disimulaban sus jadeos.
Mi vecina de cama era una morochita hermosa, con unos ojazos tremendos que repartía una dulzura con mezcla de melancolía infinita. Nos hicimos amigas.
Fue con ella que nos tocamos una tardecita en la ducha. Yo me le acerque como para ayudarla a enjabonar y ella también recorrió mi cuerpo. Nos besamos con ternura.
Sus dedos hicieron estragos en mi clítoris y yo sacudí el suyo hasta hacerla estallar en mil orgasmos. A partir de ese día, siempre intentamos bañarnos en el mismo regadera, apretaditas, bien juntitas y dándonos enorme placer. Y ella invito a la otra chica, mas seria, más mandona, más exigente.
Aprendimos a acariciarnos y darnos placer con lo que nos gustaba, y siendo ella muy besuquera, me daba tanto chupetes en mis tetas, que me hacia recalentar…. Y cuando probó mi cuevita, bueno….. Me saco de la realidad haciéndome volar en cincuenta mil pedazos.
Supe ser comida por ambas, y eso también comenzó a repetirse en nuestro dormitorio.
Una noche, Natalia me pidió que entre ambas comiéramos a Lourdes.
Ella lo hizo, pero yo no me anime…. Y eso enojó a la Lourdes. A mi no me importó.
Pero comenzaron a pasar los días, y ellas no coincidían en sus horarios con mi baño diario. He intente esperarlas para estar juntas.
Cuando lo hice, vi como ellas se daban lo que yo quería, placer, pero solo entre ellas.
No dije nada y espere a la noche…. mas lo que logré fue solo que me explicaran que yo no era una buena amiga, que no era como ellas, que era una egoísta. Me apeno eso.
Como pasaban los días, mi desesperación aumento y ya no me conformaba con mis dedos….. Así que las busque en la ducha…… me acerque mientras ellas jugueteaban y comencé a acariciarlas, poniéndome de rodillas…. Lourdes abrió sus piernas sostenida por nuestra amiga en común y clave mi cara en su peludita cueva….. Y la lamí tal ellas me lo habían enseñado pero que yo solo quería recibir….. Me encanto sentirla gritar y apretar mi cabeza contra su sexo….. Y fue mas rico aun comenzar la faena con mi querida Natalia…. que recibió un buen rato mis lengüetazas mientras yo gozaba con lo que Lourdes me devolvía…..
Esa noche, se turnaron en mi cama, y probé dos estupendos 69.
Pronto ellas inventaron el triangulito…. Que era armar un triangulo entre las tres churreteándonos los coñitos al mismo tiempo.
Fueron días de goce y goce….. Hasta que cuando estábamos en una faena triangular entro la preceptora y nos pesco en pleno desparrame de orgasmos compartidos.

Con razón sos tan querendona Yamilita…..me encanta que seas así.
Dicho esto me subió, sobre su falo endurecido por su imaginación, pensando en como debute con mis amigas y me metió a fondo aquello que ahora mi mejor pasar….
Se acabo pronto y me pidió que le siguiera relatando.

sábado, 29 de mayo de 2010

01/01 su inicio.



Déjame decirte que te quiero. Aún más después de lo que me has contado, que aclara muy bien, por que eres tan deliciosamente pervertido.
Creo que he nacido para ser tuya, por tu historia tan singular y tan atrevida como la mía.
Tu tierna madre, que perdió su esposo, tu padre, cuando tu eras aun un chico, debió luchar para seguir adelante como muchos.
Así fue que se casó con quien es hoy tu padrastro, o sea mi padre. Tanto tu madre como tu, debieron prodigarse ese cariño ante la falta de vuestro progenitor.
Tuvo sin dudas la suerte de haber encontrado ese hombre mayor, de buen pasar económico que los albergo a ambos y te trajo junto a mi para que seamos una familia.
El con una hija, que soy yo y tu mama, contigo. Así formaron una pareja clásica, bueno, no tan clásica, porque en realidad tu hermana no es tu hermana, sino la hija de tu padrastro. Sos mi querido hermanastro.

Pero soy tu hermana igual, hemos crecieron juntos, han sido esos juegos que aprendimos que nos enseñaron a querernos y a ser confidentes y compinches.
Tu eres de los mas lindos ejemplares masculinos que he conocido, yo una que no se queja de lo que tiene, pero sabe que hay muchas mujeres mucho mas lindas y hermosas que yo.
Cuando comenzamos a descubrimos, nos bañábamos juntos, aquel juego de enjabonarnos entre nosotros era descubrirnos en lo más intimo de nuestros cuerpos.
Yo me entregaba a tus caricias que lograban siempre llevarme al más allá de mis sentidos e intentaba devolver tus regalos con miles de fiestas sobre tu hermoso cuerpo.
Así es que no me avergüenza desnudar mis senos y refregarme contra tu pecho viril, pues aprendí a dejar que tus manos guíen mi trasero apretando mi pubis contra el tuyo para sentir tu, una sensación apretada y placentera y que sienta yo una cosa dura que roza mi cochita, la calienta y calienta hasta hacerme desparramar en goces miles.
Así es que te pedí que me contaras tu primera experiencia sexual…. Para conocerte un poco mas, para comenzar a contar nuestras experiencias mientras reponemos fuerzas antes de besarnos como cachorritos jadeantes.
Como fue….

Cuando quedamos solos, al faltar papa, comenzó a visitarnos periódicamente Leticia, la hermana de mama.
Era jovial, simpática y su presencia era buena para nuestro hogar.
Mama se iba a trabajar temprano y cuando estaba Leticia, era esta la que me hacia levantar temprano para estudiar, mientras yo me daba una ducha, ella me preparaba el desayuno.
Cierta mañana entre al baño, donde aun estaba el ambiente tibio de la ducha que ella se había dado. Como yo ya sabia, ella dejaba sus prendas íntimas sobre un banquito, para luego llevarlas al lavadero… yo ya había estado en presencia de esas atrayentes prenditas que me gustaba olerlas para sentir ese atrayente olorcito a hembra sabrosa.
Mi tía, es algo mas rellenita que mama, pero tan bella como esta, tan atractiva, tan apetecible que aun siendo mi tía, me atraía enormemente, mas siendo yo un joven sin debut, pero que si, ya sabia arreglármelas con las manos.
Ese dia, aspire esas aromas de sexo, entrecerré los ojos y me la imagine a Leticia, poniéndome en camino a lo que seria una paja bajo el agua…… pero grande fue mi sorpresa cuando ella, que había venido por su ropa, me pesco justo en esa actitud tan intima y osada.
Me miro, tomo sus prendas, sonrió y se fue.
Me quede helado, y esa mañana no hubo paja, por miedo y pensando que podría ofenderla.
Fue al otro día, cuando me llamó para que me levantara. Venia ya de su ducha con su rosadita salida de baño y sonriendo me tiro su prendita intima…. Una pequeña bikini … también sonriendo, me pregunto….. te gusta el perfume?
-Si dije,… me atrae.
Ella solo mostró su bella alegría y se fue sacudiendo su bello trasero.
Yo aspire aquel regalo y allí mismo me di un gusto a dos manos.
No hubo comentarios, porque si ella no decía nada, yo no me animaba a tocar el tema.
Ya al otro dia, me volvió a llamar y repitió el regalito.
Pero al siguiente, no me dio nada, pero si me volvió a preguntar si me gustaba sentir sus perfumes….
¡Si!!, volví a repetir, tus olorcitos me atraen….
Dicho esto, su sonrisa amplia y picara, dieron paso a que se acercara desprendiéndose su rosadita salida de baño para dejarme ver sus redondeados pechos que hicieron me doliera la vista queriéndomelos comer instantáneamente.
Quieres sentir bien los olorcitos dijo….. Sentándose en mi cama…. Hábilmente condujo mi cabeza a su entrepierna, y al mismo tiempo que me acercaba a su sexo, abría sus hermosas piernas…..
Fue algo rápido y sin mayor explicación, porque la ví abrir sus piernas, vi su rosada rajita, y pronto estuvo con mi boca en contacto con aquellos labios vaginales carnosos, hasta diría, sabrosos, que fueron mi primer manjar de hembra.
Me guió. Fue maestra enseñándome a darle placer y saborear sus jugos.
Temblaba como vara verde, porque desconocía yo ese terreno tan fantástico.
Me prendí de su impresionante cuerpo de diosa. Más me prendí aun, cuando fue ella la que me agasajó dándome la primera lamida que recibiera mi pija. Ella se había acabado con lo poco que pude hacerle, yo acabe también con lo poco que necesite para explotar.
Recuerdo que ese dia, me dejo chuparla toda. Hubiera pasado toda la mañana saboreándola, si ella no hubiera puesto fin a aquel primer festín de mi vida.


Aquel relato de mi hermanito postizo, me puso caliente y sin darme cuenta siquiera estaba lamiéndole su músculo viril, el pareció reconstruir aquel dia con su tía, porque me lamió toda tan rico, que tuve dos hermosos clímax como los que tanto me gustan, supongo que lo que yo llamo clímax, otras llaman orgasmo o acabadas.
Entre jadeos quería saber mas de su historia, pero el, perverso y degeneradito quería saber y sondear sobre mis inicios.
Así que fui poco a poco contándole….. y aprendí que eso de recordar y contar también calienta bastante, ahora entiendo eso de los relatos.