Felicies intercambiantes

domingo, 14 de octubre de 2012

Remis 1 Con la misma moneda.


Remis 1 Con la misma moneda

Puedes creerlo o no amiga pero esto fue exactamente lo que me paso.


Llevaba tres días trabajando en la empresa de remis de mi tío donde pude entrar a trabajar luego de mucho esfuerzo. Como ellos tienen una clientela selecta hay requisitos algo bastante exquisitos para tener en cuenta, limpieza, imagen, trato, gentileza, y muchas cosas más. En esos tres días pude comprobar que era cierto eso del refinamiento de la clientela de la firma de remises.

El viaje hacia el aeropuerto internacional ya estaba en camino, donde tuve puntualidad, gentileza y buenos modales. El señor un hombre de negocios exitoso, la señora, como todas las mujeres de los exitosos en los negocios, una verdadera delicia. Note que discutían pero con reserva, lo que no me permitió saber de que se trataba. Tan solo que el le explicaba que ella tenia pasajes para dos días después. Antes de llegar el me aclaro que ella regresaba a la ciudad, tan solo debería dejarlo a el y al equipaje. Así lo hice.

Pero… no bien emprendía la marcha para el regreso, ella me solicito que fuera a aparcar para esperarla…. Y mientras yo esperaba en el parking ella se fue caminando hasta la nave principal del aeropuerto. Algo mas de una hora y estuvo de regreso. Su carita era de calor y furia, mezcla de enojo y estupor.

El viaje de regreso fue llenado por el relato que ella hacia de su situación. Su marido, viajaba al sur, para seguir de cerca un emprendimiento sobre energía que desarrollaba una estudiante becada de la Universidad de Princeton. El adujo que viajaba solo y dos días después viajaría ella…. Pero en realidad Cecilia, que así se llama la señora, comprobó al regresar a la partida del aeropuerto que su marido viajaba con la Erika, la chica del desarrollo energético.

- Me toma por estúpida. Seguro me esta engañando con esa pendejita.

- Pues no tiene que pensar mal señora, sin pruebas es aventurado conjeturar.

- Baaah, pensamiento de hombre, lo suyo no es mas que machismo barato.

- Pues yo solo quería ayudarle, o serle útil de algún modo…..

 

Calle y soporte que ella siguiera despotricando contra su marido y la chica, hasta llegar a su finca, donde ella se despidió no sin antes solicitarme que fuera dos días después para llevarla al aeropuerto, por su viaje.

Me fui pensativo, con un revuelto en la cabeza porque me hubiera gustado ayudar a aquella linda dama o en el mejor de los casos… consolarla. Pero sabía que estaba prohibido hasta pensarlo.

Dos días después, me dieron el viaje al aeropuerto por pedido de ella. Supuse que era por cortesía y por la confianza que le había inspirado. Cuando llegue me hizo entrar a la casa, para cargar las maletas. Y me dejo en el living, esperando la orden para ir por el equipaje. Reapareció sonriente, pero note que su atuendo no era precisamente el adecuado para emprender un viaje, por lo livianito de las prendas…. Mas uno no entiende a las mujeres…..

Cecilia me sirvió una copa, mientras me explicaba que no había apuro, que el viaje era para más tarde, pero que había pensado en mí para ayudarla a preparar su viaje. Viaje que no era el que había planeado su marido, porque el muy cretino lo había suspendido y que se quedaría una semana más. Pero ella había planeado un viaje. De todos modos.

- Lo quieres sorprender, seguramente…, le dije.

- Exacto, lo voy a sorprender, y mucho. Por eso y para eso te llame. Quiero hacer un viaje para sorprender a mi marido, un viaje que se llama “con la misma moneda”…. Si tu estas de acuerdo…. y te gusto…..

Acto seguido se desprendió la fina túnica que la cubría y todo el esplendor de un cuerpo hermosísimo estuvo ante mí en una abrir y cerrar de ojos.

- Bueno, si esta usted segura señora?...

- Quiero ir contigo a un viaje de placer…Pedro….quiero serle infiel por primera vez, ponerle cuernos tal el lo hace.

Tan solo me acerque comencé a besar su cuello sintiendo que ella desprendía los botones de mi blanca camisa, ya mis besos recorrían sus desnudos hombros cuando sentí que tironeaba para dejar mi torso desnudo. Sentir el calor y la suavidad de aquel hermoso cuerpo femenino en mi piel hizo que mi masculinidad se pusiera bien al palo. Descolgué de sus hombros aquel celestito sujetador que ella había desprendido para ofrecerme aquellos pechos tiesos, duros y excitados. Sus pezones estaban endurecidos al máximo cuando mi boca atrapo al primero de ellos. Deslizaba mis manos por su magnifico cuerpo, sintiendo sus movimientos que respondían con calentura, morbosamente cachonda.

Mientras seguía yo succionando sus tetas, manoseando su bello cuerpo ella soltó mi cinturón, desprendió la bragueta y se apodero de mi polla, que ya estaba lista para un festín. Aquella preciosidad de mujer me tomo la verga, mientras susurraba a mi oído sus impresiones morbosas diciéndome lentamente que la tenia dura, que era gorda, que se sentía fantástica y muy prometedora, como un ejemplar de tamaño desconocido para ella. Me recontra calentó.

Su boca se unió a la mía con un ardor que nos inicio en un íntimo entendimiento. Desde aquel beso ya nada podía dejar de pasar entre nosotros. Nos terminamos de desnudar entre caricias y besos de lengua. Subí su cuerpo sobre el mueble en que ella se apoyaba, abrí sus piernas para pasar mi mano sobre su conchita húmeda y semi abierta. No dude un instante y lleve la punta de mi verga a aquella mojada rajita. Presione la entrada que se fue abriendo al paso de mi verga, ella gimió al avance de la penetración…. Y seguí la penetración mientras ella abrazaba con fuerza mi cuello y espalda. Ella sentía el impacto de mi verga invasora en su conchita caliente. Yo gozaba cada milímetro de aquella penetración y mi pija redoblaba su virilidad a cada gemido que ella me regalaba.

Se la puse a fondo, notando que ella entrecortaba la respiración…. Y en un suspiro pudo decirme – Nunca imagine sentir esto…. estar tan llena ….. tan abierta….

Nada le respondí verbalmente, si lleve mi mano para acariciar su clítoris que se había puesto enorme, hinchado, mientras comencé a bombear con lentitud y firmeza fallándomela riquísimo.

   Mire fijamente aquel cuadro en la pared donde una chica en bicicleta llevaba la canasta repleta de fruta. Yo a la señora también le estaba llenando la canasta de pija bien hinchada. El mueble donde la había subido se movía con nuestros cuerpos en movimiento.

   Sin decirme una palabra, me condujo hasta su dormitorio, donde una amplia cama matrimonial, fue testigo de mi recuperación a manos de una experta masajeadora con besos tan ricos que me pusieron otra vez a palo firme.


    Desnudos nos refregábamos los cuerpos, en una tranquilidad que da saberse en condiciones de respondernos el uno al otro.  La abrí de piernas para follarle el coño un buen rato. La moví, la puse de costado otro rato, finalmente la puse en cuatro para bombearla a lo perrito.

 Cuando insinué hacerle el culo, solo atino a buscar una crema de su mesita de luz para untarse la cavidad y mi palo antes de que se la metiera. La tome de los tobillos, abriendo al máximo sus muslos para poder entrar en sus entrañas con enervante lentitud. Ella gemía al sentir que le entraba la polla, y eso la calentó tanto que volvió a correrse ruidosamente. Estaba gustosa, pero gemía y lloraba sin parar, de puro goce.

   Le di el empellón final, clavándosela totalmente, ella grito que le rompía las entrañas, que la estaba follando como un demonio.- Fue increíblemente fogoso. Descansamos para volver a una postura mas cómoda donde me la fui follando lentamente hasta que cayó de nuevo en un placer que la hizo chillar como si la mataran.

  Yo no se si hubiera podido continuar porque también me acabe como loco. La abrace y dormimos un buen rato con dos amantes después de la lucha.

 A los pocos días me llamo para ir al aeropuerto.

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