Felicies intercambiantes

lunes, 23 de julio de 2012

Contratiempo Superado



CONTRATIEMPO SUPERADO.

 


¡Vaya contratiempo el que he tenido!


 

Cuando intente abrir la puerta de nuestro dúplex no logre hacerlo, la llave se me trabo de tal manera que no abría y no la podía quitar de allí. Algo no funciona bien…. Y por mas que lo intento, no puedo, no puedo….

 

Pensé en lo tarde que se me estaba haciendo para toda la tarea que me quedaba aun por hacer. Una trabaja, va a súper, retira los encargues, y después a casa a cocinar y limpiar …. Y ahora justo esto…. Caramba!

 

- ¿Algo pasa a usté? – la sonora voz de un moreno me retumbo al oído, era la del nuevo vecino en nuestro dúplex. Único vecino, por cierto.
- …. Es que no puedo…. Dije…- Mientras volvía a retorcer la llave trabada.
Allí en cuclillas trate de recomponerme porque en el afán de solucionar mi problema, había dejado mis cosas en el suelo, y eso no era lo mas grave. Tenia la ropa desalineada, principalmente, la blusa de la cual se me habían volado unos cuantos botones dejando ver mis pechos con mucha libertad.
- Yo abro usted – volvió a ofrecerse el fornido muchacho moreno.


 

Ese moreno, cuando se mudó, fue la razón que le permitió a mi esposo bromear sobre de que ahora tendría cerca uno de esos buenos sementales, como para intentar jugar con alguien extra en nuestra cama. Porque cualquiera se daba cuenta de que era uno de esos bestias inmensos de esos que aparecen en las películas con blancas desenfrenadas y mi esposo nunca había perdido esa costumbre de buscar variantes para provocarme.

 

No era momento para pensar en eso, si en solucionar mi problema.
Acepte su ofrecimiento, y sin levantarme moví mi cuerpo apoyándome en la pared.
El tomo mi lugar, pero solo al arrimarse me sentí turbada, por su cercanía, por su mirada puesta en mi escote indecente, por su presencia tan varonil como ruda y agradable.
En un clic, clic, clic abrió la puerta fácilmente de par en par, se paro ya con mi cartera en la mano y haciendo una gran reverencia me ofreció pasar a mi propia casa.
Entre satisfecha de la ayuda, pero nuevamente me percate que el muchacho me miró desfatachadamente de adelante y de atrás sin ningún indicio de recato.
Quizás ellos tengan esa costumbre, opino mi esposo luego que se lo contara.
Era de Malasia, casado pero aun no venia su mujer, aun estaba solo y según se supo, se dedicarían a oficios “manuales” de los cuales eran estudiosos especialistas.
Ah… dije, como si entendiera lo que me decía, aunque no sabía a que era con certeza a lo que se dedicaban.
El miro atentamente nuestro living, aprecio cuadros y esculturas y luego de terminar el refrigerio que le serví, se fue saludando cortésmente.
Dejando de lado que me pareció muy mirón, Timmo fue muy educado.
Mi esposo me dijo, que en realidad tendría yo que haberlo invitado a cenar, pero a mi no me pareció necesario.
Yo no trabajo los sábados, mi esposo Edu, si.
Edu, me llamo cerca del medio día, y me dijo que se había encontrado con Timmo, por pura casualidad, que le había agradecido el gesto de días antes y que estaba invitado al medio día a almorzar.
Ah no, yo no me voy a poner a cocinar ahora!!! No lo hice, pedí un menú livianito al delivery con empanadas, que sumándole un buen vino, podríamos agasajar en forma al malayo Timmo.
No soy una boluda. No me fue difícil intuir que Edu estaba tramando un nuevo intento de lo que se sabia muy bien, dejar participar a un tercero en nuestras relaciones intimas. Yo no participaría. Porque si bien como dije, no soy boluda tampoco soy una de esas que se dejaría manosear por cualquiera.
Y así fue, que Timmo vino como a las dos de la tarde, ya Edu, se había comido algunas entraditas y estaba por su segunda copa de vino Shiraz.
Así que Edu y Timmo departieron un largo y entretenido dialogo, donde pude enterarme de que eran estilistas de físiculturismo, que practicaban relax y esas cosas de spa y otras yerbas. Todo mezclado con chistes sobre mujeres, y casas subiditas de tono. Cosas de hombres.
De pronto la conversación eran los físicos de las mujeres y allí me involucraron cayendo justo en el mío, poniéndose a describirme uno y a imaginarse el otro.
El calorcito era intenso, las empanadas riquísimas, y el vino estaba haciendo de las suyas ya que yo también ya estaba alegre festejando las ocurrencias de ambos, mas aun cuando se trataba de mi integridad física.
Y la cosa se fue poniendo …. Digamos que algo espesa…..
- y tiene un físico como para el placer- dijo edu
- y sin duda si se la motiva debe encender candiles de fuego- dijo el otro.
- le regalarías una sección de esas que describes tu? Ahora mismo Timmo?
- sin dudas les demostraría cuan diferente es todo con motivación adecuada-dijo calmo.
-no se….. dije ….pero muy dubitativamente.
¡Vamos Yamila, ven a recostarte aquí que quiero ver lo que hace y como lo hace, este amigo!
No se bien, si Edu estaba excitado o tomado, pero lo estaba diciendo de verdad y con seguridad.
Y yo….. que tenia ya a esa altura, cierto morbo, por saber que era lo que hacia realmente ese muchacho, que sabia que mi marido estaba desde hace tiempo entusiasmado por saber si el sentiría lo mismo que dicen sentir otros hombres cuando le tocan a su mujer, - porque otra cosa se, que no pasaría – aunque en mis fueron íntimos, cuando veía las porno que Edu traía, yo sentía envidia de esas mujeres con varios hombres…. Y me calentaba.
Saque la fina colcha de la cama de huéspedes, me extendí sobre la cama, pero no tarde en darme cuenta de que debía haber dejado una sabana arriba suelta, y ya verán porque.
Timmo comenzó su tarea relajante, mi esposo ocupo el silloncito del rincón, observando las acciones.
Pronto me dio un masajito en los pies desnudos. Me pido abriera la blusa la que quito estando yo tendida de espaldas a el. Eso preservaría al menos, mi delantera. Mis senos son algo exuberantes para mi cuerpo delgado, y sobresalen fácilmente, asi que cruce algo los brazos para taparlos un poco.
Así fui lentamente recorrida en toda mi espalda por pequeños toques, golpecitos y apretones de las manos del malayo.
Desabrocho el cierre de mi pollera y bajo esta dejándome tan solo con una bikini fucsia que además de pequeña es transparente.
Tuve sensaciones picantes y un cosquilleo intenso en mi estomago, cuando Timmo, paso las manos sobre mis nalgas y cacheteo mis glúteos. Estaba como entregada a las manos de nuestro vecino, increíble!
El malayo parecía tener varias manos, porque lo sentía al mismo tiempo sobre mis piernas, caderas y espalda. Se fue tornando delicadamente delicioso.
Así fue frotando una vez y otra vez, desde mis pies hasta el cuello, pero en cada viaje descubría partes inexploradas por sus agradables dedos. Cada vez, iban mas profundo sobre la cama, masajeando ya mi barriguita, algo mas que mi costado, pues tomaba gran parte de mis lolas en sus pases y pases. Era tan agradable que se lo estaba dejando hacer.
También fue lentamente separando mis piernas, ya no solo era mi cola, sino que su mano pasaba por entre mis piernas y seducía mi vientre con livianas pasadas razantes.
Mis ojos se cerraron, dejándome llevar por aquello que dejo de preocuparme ya que era machismo mas fuerte el placer que sentía en lo mas profundo de mis sentidos que ponerme a pensar en negarme al disfrute.
Yo no sabría decir que fue primero, pero si que estaba como sumida en un paraíso cuando me percate que ya sus manos circulaban por debajo de mi bikini y sus dedos habían abierto los labios de mi vagina, incordiando a mi clítoris de tal modo que se estaba poniendo durísimo. También sus manos en la subida, pasaban por debajo de mi cuerpo, sometiendo a mis senos a un riguroso tanteo, que siempre terminaba en la punta de los pezones. Ni hablar que yo ya estaba respirando entre gemido y gemido.
Cuando llevo una de mis piernas hacia delante, juntando la rodilla con mi brazo, tenia sin dudas un panorama total de mi sexo, que por la acción referida se había levantado levemente, mostrándose en su totalidad.
Timmo, me masturbaba ya con constancia, y metía algunos de sus dedos en mi vagina. Estaba entregándome al juego del vecino.
Yo estaba en el limbo de los deseos, recontra entregada a sus hazañas. Con una sola mano, hurgaba en mi trasero y en la conchita a la vez.
Pronto sus palmaditas eran en mi colita, en mi espalda, vientre o directamente sobre mi expuesto clítoris que ahora ardía de frenesí.
Comencé a tener esos espasmos que pronostican una violenta explosión de goce, me aferre firme a los barrotes del respaldo de la cama de huéspedes, abrí bien los ojos viendo a mi Edu extasiado filmando la escena.
Hijo de puta! Le dije, sos un reverendo hijo de puta, amorcito mío…. Y cerré los ojos ante el avance de la lava mas ardiente que pueda orgazmar una mujer poseída por la recontra mil calentura inimaginable e imparable.
Timmo me saco con sus manos mares de jugos calientes que fluyeron desde lo mas profundo de mi calentura.
Nunca había gozado de esa manera y nunca lo había hecho tanto.
Así se lo hice saber a Edu, cuando Timmo se fue.
Allí ahora tapada, dormí una larga siesta de sábado por la tarde.
Me despertó Edu, con un refrigerio y diciéndome que la ducha estaba lista.
Tuve una hora bajo el agua tibia y reparadora. Salí espléndida del baño. Espléndida en cuanto a como me sentía, y espléndida envuelta en un gran toallon rosa.
Suponiendo que Edu, estaría esperándome en nuestro dormitorio, fui hacia nuestra alcoba.
Entre, mas fue enorme mi sorpresa ya que Edu estaba recostado sobre un costado de la cama, totalmente desnudo, y en el otro extremo también totalmente desnudo estaba Timmo.
- Ven Marcela, que ahora si compartiremos la fiesta.-
- Que locos, dije….. porque no sabia que podía decir. Si pensé que quizás era eso muy prematuro, pero en lo intimo de mi ser, estaba diciendo que lo aceptaba asi.
Me subí a la cama desde la parte trasera. Ya ellos tomaron posición.
Mientras me ayudaban a quitar el toallon, Edu acaricio mis piernas y beso mis nalgas, para lamer mis piernas, entrepiernas e ir por su vicio….. lengüetearme la conchita. Abrí mis piernas para regalarle mi sexo.
Yo quede frente a Timmo, que sin lugar a dudas sabia ni en que era lo que vendría, porque levanto su morcilluda poronga para primero golpearla en mis tetas y luego entregarla a mis manos que la sobaron antes de que mi boca comenzara a recorrerle todo su firmamento.
Tenia ante mi la polla mas grande que había visto en mi vida, gruesa larga, dura y respingada ya hacia arriba con tan solo un par de besitos recibidos. Pensando que seria imposible que aquello tan grande entrara en mi coño, me lo comencé a mamar como puta, sabia que mi esposo no me veía, porque estaba metido debajo de mi coño. Lo que no sabía yo era que dos cámaras nos estaban filmando. Así estuvimos un rato encantador.
Para cuando me giraron, yo contuve el aliento, me tranquilice cuando note que Timmo tomaba mis caderas para besar mis partes…. Y eso me gusto mucho. Era mucho mas hábil con la lengua que con las manos, y eso que sus manos habían hecho maravillas en aquel medio dia.
Me dedique a mamar a mi Edu, pero viendo que tenia la polla durísima le pedí que me la metiera, porque no vaya a ser que suceda lo que yo no quería, probar algo del malayo ya que era impensable soportar aquello tan demoledor que ese hombre tenía.
Así fue que otra vez me giraban, pero ya muy caliente, sentí como mi esposo me ensarto con sus ganas y también las mías, ya que era la primera polla que recibía en ese caliente sábado, y la estaba deseando.
Timmo franeleo con su pijota en mis tetas, me la dio a chupar, lo masturbe pensando en acabarlo, pero lo que logre es que se le pusiera enorme y durísima, desmesuradamente hinchada.
Mi esposo me la saco, aun cuando yo lo estaba aun disfrutando, me giro hacia el otro lado de la cama. Timmo se cruzo con el, supe yo allí, empantanada, prever lo que se venia.
Timmo intentaría meterme aquel follón inmenso….. ya el enorme capullo de su pija, rozaba mi conchita recién abierta por mi esposo. Pero era solo roces y me frotaba la rajita en toda su extensión.
Cariñosamente Timmo, acaricio mi espalda, mi cintura, mi caderas , me hamacó hacia delante, hacia atrás, como para jugar así, con la punta de su pollon…..mas, fue abrumadora la falta de criterio que una tiene cuando esta tan caliente, porque me fui apoyando cada vez mas fuerte en su pijota para hacerla entrar en mi cueva. La puntita me daba placer, me agradaba….me calentaba cada vez mas y mas…. Evidentemente que pese al miedo, al dolor que podría venir, yo comencé a quererla adentro. Así, me metí hasta donde me dio el placer aquello tan duro y enorme…… nunca pensé seria posible aquello, pero la tenia adentro y quería que nunca terminara ese momento de placer. Lo grite a los cuatro vientos. Lo dije una y otra vez, les pedí que no me la sacaran que me quería morir con aquello adentro gozando y gozando.
Es notable como una puede pasar de ser una señora recatada a una hembra degenerada y putona, porque acabe como si fuera una yegua, lo hice varias veces y seguí pidiendo mas.
Era evidente que aquello de la tarde había influido en ponerme mas loca sexualmente.
No bien, Timmo me la saco, le pedí a mi marido tomara su lugar, así, mojándole la pija a Edu, le indique que me abriera el trasero.
Lo hizo con una facilidad pocas veces lograda. Inusual, pero mi predisposición se abria a todo estando tan caliente.
Eso era lo que yo esperaba, porque me gustaba coger por el culito.
Así que me monte a Timmo, y mi Edu me la volvió a dar por detrás.
Fueron otra vez como las de la tarde unas acabadas enormes, que nunca había tenido en mi vida.
No hubiera querido que esa noche terminara, pero el cansancio termino por llamarme a la realidad.
Estábamos ya otra vez en el living, después de haber terminado las empanadas y tomado unas copitas de vino.
Con una pierna sobre el sillón y la otra extendida al aire, me hacia follar por Timmo suavemente, dejando entrar y salir aquel vergon inmenso, que tenia la virtud de derretir mis mieles haciéndome correr a cada rato….. aunque al final ya no me quedaban ni gotitas ni fuerza.
Fue la primera vez también, que tuve que decir, basta, basta por hoy.
Me habían calentado y recogido como nunca. Nunca podre olvidar ese sábado. Porque fue el primer regalo que me hizo mi marido a nuestra sexualidad formal, que paso a ser desde entonces a sexualidad plena y feliz…


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